Fotográfia y redacción: Alicia García C.
Cuicuilco: el origen que aún respira entre la lava y la ciudad
En el sur de la Ciudad de México, rodeada por el pulso acelerado del tráfico y los centros urbanos, se alza Cuicuilco: una de las zonas arqueológicas más antiguas del Valle de México. Caminar por sus senderos es entrar en un punto de encuentro entre pasado y presente, donde la naturaleza, la historia y el misterio conviven en silencio.
La gran estructura circular —única en Mesoamérica— recibe al visitante con una fuerza casi magnética. Desde su cima, las vistas del Pedregal revelan el contraste entre los campos de lava solidificada del volcán Xitle y la expansión moderna de la ciudad. Es un lugar que resiste al tiempo: un recordatorio de cómo las civilizaciones del pasado aprendieron a coexistir con el entorno.
Explorar Cuicuilco también significa encontrarse con su lado más humano. Sus senderos ofrecen refugio a aves, plantas nativas y espacios ideales para caminar, contemplar y fotografiar. Cada amanecer o atardecer tiñe la pirámide de tonos dorados, creando postales naturales imposibles de replicar.
Visitar este sitio es reconectar con el origen. Es detenerse, respirar y reconocer que, a pesar del ritmo frenético de la vida, existen lugares que nos permiten escuchar la historia con calma. Cuicuilco no solo se observa: se siente, se imagina y se recuerda.
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